Cuidar la hidratación de las personas mayores debe ser un hábito durante todo el año, pero más aún en verano, cuando aumenta la temperatura y con ella el riesgo de deshidratación. Y no solo porque los ancianos son más propensos a sufrir un golpe de calor, sino también porque las consecuencias de la falta de agua y sales minerales en el cuerpo son más graves en la vejez.
La deshidratación leve se asocia al riesgo de caídas y provoca un aumento en la probabilidad de sufrir infecciones urinarias, así como trastornos broncopulmonares. Con el calor, la tensión arterial se descompensa y pueden surgir delirios, entre otras alteraciones de la función cerebral.
Si la falta de líquido en el cuerpo es severa, las consecuencias se agravan, pudiendo incluso llegar a ser mortales.
Cuando la familia sale unos días de vacaciones y, por el motivo que sea,
los abuelos no viajan con ellos, es importante asegurarse de que nuestros mayores van a estar bien atendidos.
¿Cuánta agua necesitan beber las personas mayores?
Los ancianos no necesitan beber más agua por ser ancianos. De hecho, la cantidad diaria recomendada es la misma que para el resto de adultos: 2,5 litros en el caso de los hombres y 2 litros en el caso de las mujeres. Cuando hace mucho calor o se practica algún tipo de ejercicio (por ejemplo, salir a dar un paseo), estos porcentajes deben aumentar alrededor de un 50%.
¿Cómo asegurar la hidratación en las personas mayores?
Sin duda, el agua encabeza la lista de bebidas más recomendables para mantener el aporte de líquidos adecuado en el organismo. Aun así, no es la única. Los zumos de frutas y verduras o las infusiones frías son otras opciones.
Por el contrario, conviene evitar o reducir la ingesta de café, refrescos gaseosos, bebidas energéticas y alcohol, entre otras cosas por sus efectos diuréticos y por la cantidad de azúcar que contienen.
Pero no solo con agua se hidrata el cuerpo. Aumentar el consumo de frutas, verduras y hortalizas también sirve. El melón, la sandía, las ensaladas y los platos tan típicos del verano como el gazpacho no deben faltar en una dieta hidratante.
10 Consejos para prevenir la deshidratación en las personas mayores
Desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología recuerdan la importancia de prestar atención a las siguientes recomendaciones:
- Evitar los alimentos saldados, fritos o grasos, ya que provocan sed.
- Realizar comidas ligeras para no tener digestiones pesadas.
- Mantener la casa fresca y bien ventilada.
- Ofrecerles bebidas en las comidas y entre horas, aunque no las pidan.
- Dejarles a mano una botella con agua fresca, que también pueden llevar cuando salgan a la calle a tomar el aire o dar un paseo.
- Favorecer su hidratación también desde el exterior, con el uso de cremas específicas para el cuidado de la piel adulta.
- Evitar la exposición al sol en las horas en las que es más fuerte, entre las 12 y las 16 h.
- Antes de salir a la calle aplicarles cremas que aseguren la protección solar adecuada frente a los rayos UVA.
- Recordarles que salgan con un sombrero o una gorra y que caminen por la sombra.
- Vestir con ropa ligera y transpirable de colores claros.
Conclusiones
Finalmente, esperamos que este artículo te haya podido servir para conocer la importancia de la hidratación de las personas mayores en los meses de Verano.